Grabois “rompe con el bloque” pero no con el gobierno


El dirigente del MTE Juan Grabois acaba de adelantar la salida de su espacio político del bloque de diputados del Frente de Todos, en “represalia” por el desplante del gobierno nacional al reclamo por un Salario Básico Universal de miseria, o cualquier medida que sirva para “paliar” la crisis.

La medida aún debe ser ratificada por el congreso del Frente Patria Grande, fuerza que integra Grabois, el próximo fin de semana, pero se ubica en una nueva maniobra que aparenta tomar distancia con el gobierno sin romper con este y su política de ajuste y entrega al FMI.

Como ejemplo de esto, Grabois viene de protagonizar una jornada de acción contra los formadores de precios, donde la actividad central en CABA consistió en una movilización al Puerto de Buenos Aires para denunciar a los exportadores: pelota afuera, cuando el gobierno anuncia tarifazos y naftazos, y desfila por los juntaderos del capital financiero, el G7 y el Washington, asegurándole garantías y negocios a los grandes capitalistas a costa del pueblo trabajador.

La ruptura con el bloque del Frente de Todos tampoco descarta la conformación de un interbloque que continúe con la sumisión de los diputados del Frente Patria Grande a la política de ajuste del gobierno.

En sus declaraciones, Grabois dijo sentirse “defraudado y decepcionado” por el rumbo emprendido desde la asunción de Sergio Massa –rumbo que no sorprende a nadie-, y por el incumplimiento de un supuesto compromiso oficial de ofrecer alguna medida que impulse los ingresos de los desocupados e indigentes.

Cuando Grabois expresa que “Nos mintieron durante 25 días. Nos dijeron que iba a haber algo para los más pobres y no hubo nada”, está exculpando a un gobierno que lleva casi tres años encausando la política económica del país bajo los lineamientos del FMI, generando más pobreza, desocupación e indigencia.

Parece que el gobierno habría querido contentar a los propios con el reciente anuncio de un refuerzo al salario familiar (Suaf) para aquellas familias que cuenten con ingresos inferiores a $131.208, a los cuales se les pagará hasta $20.000 por hijo: una medida que calculan llegará solo a 1,1 millón de trabajadores. Lo que no habría sido suficiente.

¿De ambos lados de la valla?

Las críticas del dirigente social van apuntadas a uno u otro referente del oficialismo, particularmente a Sergio Massa –quien fuera recibido con fuertes “expectativas” por parte de la Utep-, y/o al presidente Alberto Fernández, pero eludiendo a la vicepresidenta Cristina Kirchner: uno de los principales respaldos y armadora de todo este andamiaje antiobrero y antipopular.

Grabois se “frustra” porque no hay lugar para su devaluado proyecto de SBU de indigencia, ni para la propuesta disminuida de la senadora kirchnerista Juliana Di Tullio, en la agenda del gobierno con eje en el capital financiero, los exportadores y los grandes capitalistas.

Este tipo de manifestaciones pretende encubrir la ausencia en todas las luchas contra el cierre del acceso a los programas sociales, o los recortes presupuestarios en educación, salud y vivienda, o incluso con el reciente aumento de miseria, del 21%, del salario mínimo, que condena a millones de trabajadores y jubilados a la indigencia. Grabois vienen amagando pero no concreta.

La única ruptura consecuente con el gobierno implica denunciar la política de ajuste emprendida y el pacto con el FMI, para organizar los reclamos obreros y populares, con independencia de clase.

Más aún si esta se expresa en la calle, como lo hace la Unidad Piquetera, con un planteo alternativo inmediato y uno de fondo, que no busca compatibilizar la asistencia social con el ajuste a las condiciones de vida de los trabajadores, sino que ofrece un curso de acción para garantizar el trabajo genuino y los ingresos a millones de trabajadores.

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