Se cumplieron siete años del primer multitudinario Ni Una Menos, que dio lugar el 3 de junio de 2015 luego del brutal asesinato de Chiara Páez, y sacudió al país en contra de la violencia y los femicidios.
Nos movilizamos al Congreso Nacional; en Córdoba marcharon desde Colón y Cañada hacia Yrigoyen y Montevideo; en Rosario se hizo un acto en la plaza San Martín; en Bahía Blanca, las compañeras movilizaron en plaza Rivadavia. En la provincia de Buenos Aires, en la enorme regional de La Matanza, las compañeras del Polo Obrero en conjunto con el Plenario de Trabajadoras venimos haciendo un gran trabajo de organización, hemos realizado distintas asambleas y discutimos un esquema organizativo para sumar a más compañeras a la construcción del PdT en todos los barrios, y se remarcó la necesidad de instalar la lucha por Centros Integrales de Mujeres y Diversidades por localidad, que atienda las 24 horas, con personal capacitado y en planta permanente.
En todo el país, el Polo Obrero desarrolló una gran campaña de agitación realizando actos de manera independiente al gobierno.
Vemos cómo el gobierno no ofrece ninguna política para resolver nuestras problemáticas y la realidad de las mujeres y diversidades no hace más que agravarse. Mientras varios sostienen un discurso antipatriarcal y que se dicen ser “defensores de las políticas de género”, pero lo único que garantizan para las mujeres es más vulnerabilidad y pobreza, ya que en el país hay un femicidio cada 20 horas y el 25% de las víctimas hicieron denuncias previamente, que no fueron atendidas, y 140 femicidios en lo que va de 2022.
Las mujeres somos las que vivimos la peor cara del ajuste y hoy somos mayoría dentro de la población más pobre del país, enfrentando el hambre y la pobreza con los trabajos peores pagos y precarios.
Denunciamos al Estado, que es responsable de negar y entorpecer el acceso a los recursos, cuando debería ser el proveedor de estos para erradicar dicha violencia, pero las mujeres pobres y desocupadas no somos una prioridad para este gobierno. Por eso, luchamos en las calles por el derecho a acceder a un trabajo genuino y una vivienda digna. Las mujeres que sufren violencia tienen que terminar huyendo de su casa y del violento sin tener trabajo o algún subsidio del Estado, y tienen que terminar en la calle o en una recuperación de tierras. En Argentina abundan las tomas, y en su mayoría son protagonizadas por mujeres, y la única respuesta que da el gobierno ante esta situación es la represión, como ya lo hemos visto en Guernica de la mano de Berni.
Desde el Polo Obrero nos planteamos el desafío de poner en pie el Plenario de Trabajadoras en todos los barrios, para organizarnos en contra del hambre, la violencia y los femicidios, organizándonos independientemente del gobierno y los sectores ligados a este. Es por eso que planteamos la necesidad de un Consejo Autónomo que esté a cargo de implementar políticas de género y diversidades; por Centros Integrales, salario mínimo igual a la canasta familiar, por trabajo genuino y viviendas dignas.
https://prensaobrera.com/mujer/documento-de-la-asamblea-independiente-de-mujeres-y-disidencias-para-el-3j