Tras la negativa de Alberto Fernández, y su nueva ministra de Economía, de avanzar con un Salario Básico Universal, que reclama el dirigente del MTE, Juan Grabois, este anunció la necesidad de un plan de lucha para los “sectores populares” que será discutido en asambleas barriales este miércoles 13.
El pacto con el FMI viene poniendo en crisis todos los acuerdos, compromisos y simpatías políticas, debido a su incompatibilidad con cualquier medida que asigne recursos “nuevos” hacia los trabajadores. Más bien todo lo contrario, las organizaciones piqueteras denuncian un recorte constante en las partidas alimentarias y en los ingresos de las y los trabajadores precarizados.
El ajuste llegó hacer rato
El dirigente social Juan Grabois y distintos kirchneristas y afines vienen insistiendo con la implementación de un Salario Básico Universal de $14.400 (una miseria), como respuesta al crecimiento del desempleo y la pobreza.
El reclamo es sobradamente insuficiente -en muchos casos implica incluso un retroceso económico de la actual asistencia- y trae consigo una precarización laboral (no es un subsidio al desocupado sino un “salario”, lo que implica una contraprestación laboral).
Grabois lanza este plan de acción como parte de una presión sobre la nueva ministra luego del ajustazo anunciado por Batakis, pero el planteo omite atacar a la base fuente del problema: el pacto de ajuste con el FMI.
Esta omisión es llevada al punto del ridículo por expresiones sindicales como la de la CTA que conduce Hugo Yasky, quien habla de poner en pie una movilización contra los “formadores de precios”, como si el Estado no fuera el principal de ellos.
El planteo del SBU viene acompañado por otra medida que también reivindicó la vicepresidenta Cristina Kirchner, que son los aumentos en sumas fijas por decreto para “recuperar poder adquisitivo”, un mecanismo que implica la redistribución de la pobreza por medio del achatamiento de las escalas salariales y jubilatorias.
Si tomamos de referencia a “la madre de las sumas fijas”, el Salario Mínimo, Vital y Móvil, nos encontramos con que el gobierno viene practicando un ajuste liso y llano sobre los ingresos populares, con un aumento del 45% contra una inflación interanual del 60,7%.
El pacto con el FMI es incompatible con los intereses obreros y populares, así como las propuestas que buscan desmantelar la organización del movimiento piquetero independiente poniendo a los trabajadores desocupados en mano de los intendentes y gobernadores.
Esta más planteado que nunca el paro nacional activo, con trabajadores ocupados y desocupados, y la derrota del programa fondomonetarista de ajuste. La movilización convocada por la Unidad Piquetera para este 14 de julio exigiendo ser recibidos por Batakis y un bono de $ 20.000 se inscribe en esta perspectiva.
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