En el día de ayer se desarrollaron piquetes en todo el país contra el hambre y el ajuste. El movimiento piquetero independiente salió una vez más a las calles de la ciudad y la provincia de Buenos Aires, así como en distintos lugares del país, y volvió a poner sobre la mesa que la aguda crisis social que atraviesa el país no se aguanta más en las barriadas populares.

Luego de la Marcha Federal, jornada en la que participaron más de 300.000 trabajadores entre las caravanas en cada provincia y la movilización central, las reivindicaciones más sentidas de los desocupados no fueron atendidas. El ajuste predomina sobre la asistencia alimentaria, y las listas de espera en que recaen miles de comedores populares que esperan por la provisión de mercadería se ensanchan cada vez más, reflejando que en contrapartida del recorte sobre la asistencia, el hambre (y el encarecimiento de la comida) no paran de crecer.

En tanto, lejos de generarse trabajo genuino, prolifera el empleo informal, cuyos salarios promedio son más bajos que un mínimo que se hunde ya bajo la línea de indigencia. El gobierno lo convalida, y busca a su vez convertir los programas sociales en trabajo precarizado. Una misiva que congrega, sin embargo, a todos los bloques patronales.

En efecto, no sólo los gobiernos no dan respuestas certeras a estos reclamos. Sino que responden pero con amenazas y a la vera de un reforzamiento represivo. Mientras el propio ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, califica a los hambrientos de “extorsionadores”, en la oposición derechista reclaman, desde Larreta a Milei, despojar de toda asistencia social a quienes salgan a luchar.

Por todo ello, la Unidad Piquetera convoca a una nueva movilización para este 9 de junio hacia el Ministerio de Desarrollo Social. Marcelo D’Alessandro, a cargo de la cartera de Seguridad porteña, advirtió que intentarán impedir que ingresen las columnas por los accesos a la Ciudad con la Policía de la Ciudad (Infobae, 2/6). Los gobiernos del hambre están obstinados en hacer pasar la política de ajuste a cualquier precio.

La Marcha Federal, que tuvo el valor de demostrar que no solo los trabajadores desocupados se movilizan contra la miseria, planteó la necesidad de un paro nacional para hacerle frente a este derrumbe social. El mismo se coloca como el salto en calidad de un plan de lucha emprendido por el movimiento piquetero independiente, y que, al calor de la crisis, crece cada vez más.

Así es que luego de la jornada del 9 se realizará un nuevo Plenario Nacional Piquetero en el Obelisco, el lunes 13, para seguir delineando el camino por seguir. Allí se planteará un pedido público de reunión a la CGT y las CTA para exigirles un paro nacional que no puede esperar más. La respuesta de las centrales obreras será la sentencia definitiva del lado en que se ubican: o están con los trabajadores o están con el ajuste del gobierno y el FMI.

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