Pasó el 26 de junio y el homenaje a Kosteki y Santillán, pero las cosas van de mal en peor. Mientras Argentina se cae a pedazos, los políticos pelean entre ellos y como si eso fuera poco sale a la luz la vicepresidenta Cristina Fernández atacando a las mujeres piqueteras, las que ponemos ganas, fuerzas, amor y mucho esfuerzo en sacar los comedores adelante para que los chicos y abuelos puedan pasar el día con un plato de comida caliente. Trabajo que debería hacer el Estado.

Es fácil hablar sentada arriba de millones de dólares. Alguien que no conoce un barrio, una calle de tierra, del frío que pasan las personas más humildes, tampoco sabe de comer polenta, garbanzos, lentejas, arvejas.

Usted, señora vicepresidenta, como mujer, como madre, debería tener un poco de empatía y solidarizarse, apoyarnos, pero por lo visto está en la vereda de enfrente y en ese caso nos va tocar luchar como lo sabemos hacer: marchas, acampes y no bajar los brazos.

¡Vamos Polo Obrero! ¡Mujeres siempre presente!

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